Por Alain Presentación (@Alain_Athletic / @RespirasAth)
El año 2014 para el Athletic ha acabado deportivamente, ha sido un año de contrastes, una temporada excelente con una clasificación para la máxima categoría europea, que ha sido manchada con un inicio de temporada muy pobre en el juego e inmersos en una mala dinámica, de la que se van viendo reflejos de mejoría y esperanzas en el Athletic que todos queremos.
Sin duda alguna, el cuarto puesto de la pasada temporada fue todo un premio a la regularidad, al buen juego, al buen ritmo, al saber estar y al saber luchar de un equipo liderado por el extremeño Ernesto Valverde, que supo ordenar, con las bases que traía de Bielsa, un equipo al que se le habían largado dos pesos pesados.
El protagonismo de Aduriz como delantero, superando su marca goleadora con 16 goles y volviendo a una nueva juventud en el aspecto deportivo, junto con la gran estabilidad mostrada en el centro del campo por Iturraspe, Ander Herrera y Mikel Rico, que se destapó con una nueva faceta goleadora jamás vista en sus anteriores equipos, y la solidez defensiva de una dupla, otra vez, de contrastes, en la que Laporte juntaba su juventud y energía con el liderazgo y experiencia del capitán Gurpegui.
A todos estos se juntaron el buen juego de banda de Muniain y Susaeta, además de la explosión de Ibai Gómez; el incansable De Marcos, el legendario Iraola y los goles de San José, sí, defensa, pero con 6 tantos en su haber. Mencionar también la gran campaña del arquero Gorka Iraizoz, que despejó las dudas de todo aficionado quedando segundo en la clasificación de los Zamora.
Objetivo conseguido, clasificación para la previa de Champions en una liga en la que el Atlético se sumaba al carro de los dos de siempre ganándoles la Liga, tocaba afrontar la pretemporada y preparar esa ronda previa contra el todopoderoso Nápoles. Ander Herrera puso pies en Manchester y llegó Borja Viguera, como flamante pichichi de segunda división. Aketxe, Bustinza y Unai López llamaban a las puertas del primer equipo, como ya lo hizo Guillermo al final de la anterior temporada.
El empate ante el Valencia en Mestalla y la victoria contra el Sevilla confirmaron este pequeño renacimiento rojiblanco, que logró el tercer puesto en la fase de grupos tras empatar al Shakhtar y ganar al Bate en casa, viendo como el sorteo les determinaba jugar contra el Torino en los dieciseisavos de la Europa League.
Aún queda mucho por hacer, mucho por demostrar, muchos aspectos de juego que no se están ejecutando al 100%, recuperar el estado de forma que les corresponde a jugadores que no están dando la talla, como deberían. Nos espera un 2015 lleno de ilusión y esperanzas, una competición europea que nos trae buenos recuerdos, buenos partidos, grandes desplazamientos para todos aquellos aficionados que siguen al equipo vaya donde vaya y, por qué no, alguna que otra cara nueva, como suenan Bóveda, Ander Capa, Mikel Merino o Monreal.

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