Vivencias de un rojiblanco: ''Nieve, agua y la gabarra''

Andrés Rodríguez

Hace un día leí en Internet algo curioso, y es que el Athletic ganó su última Copa del Rey el mismo año que Bilbao sufrió aquellas terribles inundaciones y una nevada que azotó la capital bizkaina. Lo curioso es que este año Bilbao ha sufrido unos días de fuerte lluvia con seria amenaza de inundación y, ayer cayó una nevada que no se recordaba en años. Estos dos fenómenos meteorológicos han dado inicio a una creencia de que el Athletic ganaría la Copa del Rey tal y como pasó aquel año.

Desgraciadamente un servidor hizo gala de su curiosidad científica e investigó esa serie de coincidencias, la conclusión es que aquel dato que leí en la red era falso, las inundaciones que sufrió Bilbao sucedieron en Agosto de 1983, la gran nevada comparada a la de estos días fue en 1985 y el Athletic ganó su última Copa del Rey en 1984, corregidme si me equivoco pero, todos esos sucesos acaecieron en años diferentes. 

Aún así el optimismo es fuente de alegría y nos aferramos al clavo más ardiente, por que nos gusta sacar fuerzas de flaqueza, pero las cosas no son siempre tan idílicas. Que triste resulta que San Mamés no acoja a todos sus espectadores los 90 minutos, desgraciadamente la afición del Athletic no es tan vistosa desde dentro, es cierto que la hinchada más noble aguanta el peor de los partidos hasta el final y después se queda para seguir animando, pero lo que es triste es que se vea San Mamés rojo y no precisamente de las camisetas, ayer, y no es la primea vez, el estadio comenzó a vaciarse a falta de mucho partido visto el resultado. Crítica al socio que no ejerce como tal, que acude a 4 partidos al año y priva a rojiblancos de corazón de darlo todo en la Catedral, lo vi con mis propios ojos cuando varios (decenas) de aficionados abandonaban las tribunas laterales ante un 0-1 del Oporto, la zona de HNT, enfadada acusó la falta de respeto al equipo.

La nieve ha pasado y la lluvia dio paso al sol, con ello se nos ha olvidado el "año" que por las redes predicaba una copa este año. El Barça nos dio un repaso de aupa, tanto que Etxeita perdió los estribos, aquel que luchara por un puesto para ser fijo, demostró inmadurez y nos dejó en bragas. Pero ahora se piensa en las semifinales del miércoles, donde el estadio se llenará, hasta que el socio lo considere oportuno. Entonces volverá a casa, a su cama, olvidando al equipo.

Con esto no critico a todos los socios y afición, admiro el bloque 109 (mi zona favorita) y a cualquier aficionado que se desviva por el equipo, pero la lacra que lo abandona por el mero hecho de perder es digna de crítica.

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