sábado, 21 de febrero de 2015

Ser hincha del Athletic Club en tiempos modernos

Por Carlos J. Salinas

El fútbol ya no es como antes. La globalización ha traído consigo innumerables beneficios, pero ha venido con un precio, y este también se ve y se siente en el fútbol. La gente es del mundo y para el mundo, perteneces a todo y a nada al mismo tiempo, las modas y las tendencias marcan el devenir de los días, en el que la mayoría de las personas están sincronizadas. Esto no necesariamente es positivo.

Cada vez son menos los futbolistas que pasan toda una carrera en un solo equipo, más aun si el equipo es un modesto de media tabla que lucha unos años por clasificar a Europa y otros por no descender. Incluso son muy pocos aquellos que deciden seguir en su equipo si éste tiene que vivir la desgracia del descenso. Así las cosas, salvo algunas excepciones, solo quedamos los fanáticos como aquellos a los que realmente nos importan los colores, el escudo, el arraigo y la tradición que representa ser de un equipo. Aunque esto tiene sus matices y vamos a tratar de entender por qué.

Las grandes  potencias futbolísticas hacen enormes esfuerzos mercadológicos por posicionarse en algún mercado específico, así equipos como Manchester United tienen muchos seguidores en Asia, mientras que en los últimos años el Real Madrid ha querido “tomar” el mercado norteamericano, haciendo grandes giras de pretemporada por USA. En gran medida es de esa manera que estos equipos consiguen ganar un gran número de seguidores y fanáticos en muchas partes del mundo, al margen de los logros deportivos.

Sin embargo la defensa de una filosofía tan particular como la del Athletic Club, no solo es responsabilidad de la junta directiva, ni tiene por qué ser una cuestión de mera tradición, es algo mucho más profundo y que realza una serie de valores que poco a poco se han ido perdiendo en el fútbol moderno. Aquí los seguidores y fanáticos jugamos un papel fundamental en el sustento de nuestra filosofía, donde el valor “dinero” queda relegado a un segundo plano y entran en juego valores de mayor trascendencia, como el sentido de pertenencia, trabajo de cantera, arraigo, trabajo de equipo, compañerismo, tradición, etc. Esta filosofía, que tendrá alguna que otra falla pero que conserva su esencia, ha logrado posicionar al Athletic como un equipo único en Europa, siendo la sexta cantera que más jugadores aporta a las 5 principales ligas y la segunda que más jugadores ha aportado históricamente a la selección absoluta. Asimismo se ha conseguido llegar a dos finales de Copa del Rey, una final de la Uefa Europa League, jugar a la Champions League y estar a las puertas de otra final de Copa del Rey en los últimos 5 años.

Así y solo así se explica cómo el presidente del club Josu Urrutia defendió la decisión de su junta directiva de no vender (mal vender) a la Juventus a Fernando Llorente cuando a éste le quedaba un año de contrato. Si desde la directiva se explica desde el principio que para que un jugador salga antes de que cumpla su contrato las condiciones deben ser 2: que se deposite su cláusula de rescisión y que el jugador quiera salir, como ocurrió con Javi Martínez cuando se fue al Bayern Munich. El mensaje es claro hacia los jóvenes que se van formando en nuestra cantera, que estos decidan hacer carrera dentro del Athletic y no lo usen como trampolín para irse a otro equipo. 

Bien lo decía Urrutia, palabras más palabras menos, que si un jugador que ha pasado tantos años dentro del club decide irse, llegado un punto de alto nivel en su carrera, es porque en el camino algo no se hizo bien.  El objetivo es que cada jugador quiera hacer carrera dentro del club. Sólo así se podrá garantizar un equipo estable y competitivo a largo plazo. 

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