martes, 20 de enero de 2015

La crisis del Athletic Club y sus enfoques

Por Carlos J. Salinas


Durante los años post-títulos del Athletic (desde el doblete en 1983-84), los aficionados hemos visto como el equipo se ha debatido en un aura de inestabilidad deportiva, alternando temporadas positivas con otras más grises, sin grandes aspiraciones y con resultados mucho mas decepcionantes que ilusionantes. Solo el subcampeonato de liga del 98, las finales de Copa en 2009 y 2012 y la final de Europa League en 2012 han levantado el ánimo de un equipo que necesita reverdecer laureles. 


Aunque esto se ve muy lejano dada la situación por la que atraviesa actualmente el club. No hay dudas de que por momentos se asoman los fantasmas del “bienio negro” en el que el equipo estuvo a punto de descender a segunda división entre 2005 y 2007.

A día de hoy nos encontramos con una actualidad muy particular, con un equipo establecido y sólido que el año pasado fue confiable sobretodo en los partidos en casa. La única diferencia la marcó la salida de Ander Herrera, y es difícil creer que un solo jugador (en ausencia) pudiera ser la respuesta en el entendimiento de la actual crisis deportiva. Este año el equipo ha mostrado mas bajos que altos, haciendo de la inestabilidad una cosa de semanas y no de temporadas, como estábamos acostumbrados.

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Empezar la temporada eliminando al Nápoles en la previa de la Champions League fue toda una confirmación de la temporada anterior, de hecho casi ni se le dio importancia a la primera derrota en liga frente al Málaga. A partir de ahí el resto ha sido un constante querer y no poder. Tras la mejoría de resultados entre la victoria al Almeria y la victoria frente al Getafe, se frenaron con la incomprensible derrota en casa frente al Córdoba.

Luego de ver innumerable cantidad de partidos y analizar desde otro angulo el estado del equipo, puedo decir que hay dos claves fundamentales. La primera tiene mucho que ver con el estado anímico de los jugadores. Se nota el nerviosismo cuando los primeros ataques no se concretan en ocasiones claras de gol, y mientras transcurren los minutos la ansiedad se va apoderando de aquellos encargados de crear juego. Incluso hemos visto como se fallan pases de preescolar.

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La segunda tiene mucho que ver con el estado físico de los jugadores, pero no como la mayoría imagina sobre la capacidad de aguantar los 90 minutos. Hemos visto a De Marcos correr y correr todo el partido, pero al primer choque con el contrario pierde la posición y el balón. El error de Balenziaga al perder el balón frente al delantero del Elche fue por lo mismo, y es una situación que se repite muchísimo partido a partido. A día de hoy solo Aduriz puede presumir de fortaleza física para proteger la posición y el balón – mirar como ejemplo el control y conducción en el segundo gol frente al Espanyol -. Susaeta, Muniain, Ibai, Balenziaga y el propio Iturraspe no son capaces de aguantar el choque hombro a hombro de ningún rival en este momento. De igual manera la velocidad es un aspecto fundamental. Por ejemplo, frente al Celta en el partido de vuelta se vio claramente como Santi Mina le gano cada uno de los balones en velocidad a Balenziaga, y Muniain no fue capaz de desbordar a su rival en más de un par de ocasiones – y eso que se supone que una de sus grandes fortalezas es la velocidad -. Este hecho aumenta el estado de ansiedad y de nerviosismo en los jugadores, y crea un ambiente de inseguridad terrible tanto en el campo como en la interacción entre equipo y la afición.

No soy partidario de tesis como que los jugadores están muy cómodos, o que no tienen ganas, etc. Nadie sale a la cancha a perder, por mucho dinero que este ganando.

Tres condiciones para revertir esta situación. 

Desde el punto de vista anímico es hora que los veteranos den un paso al frente y motiven al resto del equipo a salir adelante, los Gurpegi, Aduriz, Iraola e Iraizoz deberían ser los encargados de esta faceta, dada su experiencia y su peso en el equipo. Eso pasaría por tener un discurso autocrítico pero al mismo tiempo inspirador.

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De la misma manera el míster tiene que hacer una autovaloración y reconocer que no ha sabido darle continuidad al equipo, sobretodo después de la marcha de Ander Herrera. Se decía que luego de dicha baja los dos grandes retos que tendría Valverde para esta temporada eran sacar la mejor versión tanto de Beñat como de Kike Sola, y vemos como del primero se ha visto poco y del segundo no se ha visto nada, mientras no se aprecia una explicación para el ostracismo del delantero navarro.

Por otro lado, la preparación física tiene que ser mas efectiva en nuestros jugadores. Tomemos como ejemplo el caso de los jugadores del Real Madrid y Atlético de Madrid. Tienen programas efectivos de preparación muscular que les permiten a sus jugadores mejorar el rendimiento en la cancha. El entrenamiento de piernas, sobretodo de los músculos de la cadena muscular posterior – paravertebrales lumbares, glúteos, isquiotibiales, pantorrilla – y de la cintura pélvica, permiten mejorar la estabilidad y transferir esa potencia a un aumento de la velocidad en los desplazamientos y como consecuencia una mejora en el rendimiento. Esto debe ser complementado con un entrenamiento para el aumento de la fuerza y masa muscular en la zona superior del cuerpo. 

La tercera y última condición, aunque reconozco que es difícil, nos corresponde a los aficionados. Debemos hacer piña y animar a los nuestros, sin dejar de ser críticos. La exigencia del aficionado esta mas que justificada porque sabemos el potencial que tenemos como equipo, y para que esta condición se dé, los jugadores deben estar a la altura y nosotros como seguidores también.  

¡Aupa Athletic! ¡Que de esta salimos sí o sí!

@salinascavero

@fisio_salinas

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