domingo, 4 de enero de 2015

El Athletic sigue de vacaciones

Por Carlos J. Salinas (@salinascavero)


                                                 Viguera falla su segundo mano a mano. Foto: athletic-club.net

Empezaba el año para dos equipos que necesitaban la victoria a toda costa en medio de un ambiente extraño, marcado por el regreso de los Riazor Blues a las gradas de Riazor después de 3 jornadas de ausencia. Entre las pancartas se leía “Jimmy vive” a modo de pequeño homenaje por su fallecimiento en el enfrentamiento contra el Frente Atlético semanas atrás. Durante el calentamiento y al inicio del partido los ultras entonaron cánticos contra la directiva pidiendo su dimisión  y el resto de los aficionados respondieron con pitos, no sin antes haber empezado el partido de espaldas al campo, hasta que poco después del primer cuarto de hora decidieron abandonar el campo.


Mientras tanto en el campo, el Athletic Club dominaba el encuentro a través de la posesión del balón. El planteamiento del Txingurri pudo haber sido mejor si Beñat y Etxeita hubiesen estado en el campo, toda vez que a Unai López le ha querido dar mucha responsabilidad pero se nota que le falta curtirse en la primera plantilla. A pesar de eso, llevaron la mayor iniciativa en el ataque sobre todo a través de Borja Viguera, quien desperdició dos grandes ocasiones en sendos mano a mano contra Fabricio. Y para confirmar la regla de que el que no hace le hacen, llego Cavaleiro en el minuto 24 para aprovechar un balón bombeado de Bergantiños mientras Laporte y San José se tomaban una siesta. El delantero deportivista aprovechó el regalo y le enseñó a Viguera como se resuelve un mano a mano, poniendo el gol que a la larga le daría la victoria al conjunto local.

No supo manejar el Athletic esta situación, quien solo a través de los tímidos esfuerzos de Unai López por intentar crear algo de juego no encontraban socio en punta de ataque. El Depor tiró de oficio y cerro líneas para destruir cualquier intento de peligro visitante en medio de un terreno de juego en condiciones deplorables.

                                                       Cavaleiro celebra su gol. Foto: athletic-club.net

Tras el descanso, el primer damnificado fue Susaeta, quien dio paso a Iraola para mover a De Marcos a la media punta y situar a Unai López en el extremo derecho. Más tarde era Mikel Rico quien cedió su lugar a un Beñat que poco aportó, y para el último cuarto de hora Valverde sacó a Unai López por el canterano Iñaki Williams, que fue de lo más rescatable durante el segundo acto, aportando velocidad y desmarque. Sin embargo, tras todos esos intentos, no cambió la dinámica del partido, que se hizo desesperante en el segundo tiempo con un Athletic jugando al pelotazo, sin ideas claras y sobre todo muy blanditos con el balón en los pies. Solamente un cabezazo de Williams en el minuto 88 a centro de Beñat pudo suponer el empate, pero se marchó por arriba de la portería de Fabricio.

Se notaba la falta de ambición y pocas ganas de trabajar de los visitantes, y en los minutos finales lo que se notaba era el pánico por perder más que las ganas de ganar. Fiel reflejo de eso fue ver a Valverde protestar por una falta no pitada a Williams en el último minuto y al término del partido varios jugadores abalanzados en protesta sobre Undiano Mallenco.

                                                                           Foto: athletic-club.net


Toca volver a hacer revisión general, porque este no es el equipo fiable que se clasificó a la Champions League la temporada pasada y sigue teniendo una falta de gol preocupante, sobre todo cuando Aduriz no está en el terreno de juego.   

Victoria gallega que le da cierto respiro, mientras que los vascos siguen de vacaciones.

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