El Athletic Club de Bilbao,
como muchos ya sabrán, tiene una peculiaridad que no se ha dado en
ningún otro equipo del mundo, su diferenciada política de fichajes
consistida en que solo pueden pertenecer al club los jugadores
nacidos o formados en Euskal Herria, territorio conformado por las
tres provincias del País vasco, Navarra y la zona vasco-francesa.
Esta política de fichajes
o filosofía, como a nosotros nos gusta llamarlo, es una muestra de
que sin gastar desorbitadas cifras de dinero en cracks mundiales
también se puede competir, y a un muy alto nivel, tanto en la
competición nacional, como en competiciones europeas.
Algunas personas lo
consideran una desventaja, ya que puede ocurrir que haya una poca
oferta de jugadores en una posición determinada dentro de la
filosofía o que no tengan tanta libertad a la hora de fichar a los
jugadores que les plazca. Cosa que nos hace depender casi totalmente del buen trabajo de cantera y del nivel que tengan los canteranos año a año para aportar innovación, regularidad y continuidad al juego del primer equipo.
Hablando como fiel seguidor
del Athletic y de su filosofía, mucha gente me pregunta por qué no
nos proponemos cambiarla, aceptando jugadores de otros territorios, y
ante eso yo respondo que esta filosofía, lo que nos proporciona es
una unión entre jugadores, un vínculo especial entre estos y la
afición, la casi seguridad de que los jugadores que juegan en el
equipo sienten los colores, no como en otros equipos que se van a la
primera de cambio, cosa que no quiere decir que no haya excepciones,
con casos muy concretos y muy recientes como Fernando Llorente, Javi
Martínez y Ander Herrera, entre otros.
Aymeric Laporte y Iago Herrerín en el 'stage' de Austria.
Esta filosofía, avalada y
admirada por ilustres del fútbol europeo, como Johan Cruyff y Sir
Alex Ferguson, es una de las razones que tienen los aficionados
vascos para seguir a este equipo.
Ha habido casos de
jugadores que han entrado en la filosofía de milagro, como por
ejemplo, Santiago Ezquerro que, siendo riojano, jugó dos años en el
juvenil de Osasuna, al igual que David López. Otros casos más
recientes son el del joven central francés Laporte, nacido en Agen,
fuera de los límites de Euskal Herria, pero formado en el Aviron
Bayonnais, club convenido con el Athletic en la zona vasco-francesa.
También, Enric Saborit, nacido en Barcelona, pero criado en la
cantera del Athletic desde los 14 años debido a que su madre,
natural de Vitoria, tuvo que trasladarse a Bilbao por asuntos
personales. Sin ir mucho más lejos, el último fichaje del Athletic,
Borja Viguera, nacido en la rioja y con pasado en los juveniles de la
Real Sociedad, entra con pinzas en la filosofía del Athletic, pero
bueno, hecha la ley, hecha la trampa, como se suele decir.
También, en la época de
Caparrós, un profesional en el fútbol de cantera, se intentó
captar jugadores sudamericanos con pasado vasco, pero se dieron
cuenta de que no era coherente porque, aunque tengan un apellido
vasco, no son vascos, no conocen ni siquiera la cultura vasca... Uno
de ellos fue el ahora portero mexicano Guillermo Ochoa, al igual que
otros como Pablo Zabaleta, del Manchester City, y otros muchos
jugadores por el estilo.
Ya no por simple tradición,
intentemos conservar esta filosofía, ya que no se da en ningún otro
equipo, y no solo por el bien del Athletic, sino por el bien del
fútbol.

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