Después de casi toda una liga entera, parecía extraño que la última plaza de Champions se jugase en un partido, pero así es el fútbol. San Mamés rugía más que nunca para animar a sus jugadores y esperar a su rival, el Sevilla, que venía cansado de su semifinal de la Europa league. El ambiente no podía estar mejor para un partido de tal importancia y calibre como el que se iba a presenciar.
El partido empezó con Los Leones empujados por su afición y controlando la posesión con sus ataques continuos. Tanto empeño le pusieron que, con un poco de suerte, Susaeta encajó el primer gol en el minuto 4 con un saque de córner directo que se coló entre los jugadores de ambos equipos y Beto. Aquello iba a ser el principio de lo que sería un largo partido para los sevillistas, pues los vascos no dejaban rendijas por donde atacar y aunque lo intentaba, no surtía efecto. Así estuvo la primera parte entera, con el Athlétic atacando y con el Sevilla sufriendo y realizando pocos ataques que acababan en nada serio. Aunque los vascos tenían más el balón y atacaban, no hubo demasiadas ocasiones de gol, por lo que la primera parte del partido acabó con el mismo marcador que después del gol.
En la segunda parte, todas esas oportunidades que el Athlétic no metió se convirtieron en gol. Primero con un contraataque desde la derecha en el que Iraola puso un perfecto centro a Muniaín al segundo palo, el cual remató con la pierna de primeras, venciendo así a Beto. El partido parecía sellado, aun así, los locales no dejaban de atacar a un Sevilla muy afectado que no encontró su mejor fútbol hasta que Rakitic entró al campo. Con la expulsión de Figueiras por doble amarilla tras llamar loco al árbitro al dar un saque de esquina al Athletic, el equipo vasco realizó otro contraataque y, otra vez con un centro de Iraola, el cual fue de los más destacados del equipo, el balón acabó de nuevo en la red de la portería gracias a un poderoso cabezazo de Ander en el minuto 73. A partir de ahí, parecía imposible que el Sevilla lograse remontar, pero sí consiguió acortar distancias con un gol de Gameiro tras una buena dejada.
El partido murió y acabó con un 3-1 para los locales, a los cuales le pusieron la música de la Champions para hacerles darse cuenta de lo que habían conseguido. Hacía mucho que el Athletic no saboreaba la Champions y parece que este año puede ser en el que se vuelva. Habrá que esperar a ganar un partido más y entonces la cuarta plaza que con tanto recelo han guardado será nuestra.